El pecado durmiente peligroso
- cenfoli
- 9 jul 2021
- 2 Min. de lectura
La amargura es una raíz venenosa y un pecado durmiente peligroso.
Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.
(Hebreos 12:14-15 NTV)
El antídoto y la cura para la amargura es la benignidad.
La amargura es una raíz venenosa y un pecado durmiente peligroso, que se extiende rapidamente intoxicando la salud emocional mental, familar y corporal.
Cuidemonos de la amargura, es muy rápida para crecer oculta y silenciosamente, es una maleza que hace germinar muy sutílmente el enemigo para impedir que nazcan los frutos del amor, benignidad, perdón y reconciliación.
La amargura es dolor pena, disgusto que va hacia los rasgos sentimentales emocionales profundos.
Es un sabor amargo que no es dulce, ácido producto del desengaño del alma, llegando al pecado como un veneno constantemente, que arrasa con los valores más sublimes como el amor, alimenta los sentimientos negativos y vengativos de pesadumbre, sin dar paso al perdón que conduce al odio como raíz de toda pena y miseria de la enfermedad espiritual.
La amargura hace que las personas vivan en costante ira, enojo, que en su resultado se convierte en un resentimiento perpetuo sin curar, que amarga el espíritu perdiendo así la gracia de Dios; viviendo en la experiencia del fracaso como un medio de vida, fallando en las relaciones interpersonales.
Lo más peligroso de la amargura es que ella es una herencia que pasa de generación en generación si no es curada desde la raíz de inicio.
La amargura trae consigo consecuencias físicas, mentales, psicológicas, emocionales, espirituales;
las físicas se manifiestan en cualquier parte del cuerpo en un desequilibrio químico, sobre todo en el estómago con úlceras, presión alta, provocando que la adrenalina emanada de estas emociones sean dañinas y causen una enfermedad mas grave como el cáncer.
Afecta de adentro hacia afuera, lo emocional y lo espritual; tiene consecuencias que también dañan el organismo humano.
La amargura es una raíz venenosa y un pecado durmiente peligroso, cuidemonos de ella.
Pastora Martha Castro
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